Mediación familiar

Intervenimos en los conflictos que surgen en la familia.  Estos son solo algunos de los supuestos del ámbito familiar en los cuales tiene cabida la mediación. Si no es tu caso, consúltanos.

También realizamos mediaciones online, especialmente útiles cuando las partes viven lejos o cuando tienen una movilidad reducida.

1. Mediación en separaciones y divorcios

La separación o divorcio suele ser un proceso complejo y doloroso. La mediación familiar es un proceso al que acude la pareja voluntariamente, con el objetivo de establecer de mutuo acuerdo los términos de su ruptura matrimonial (pudiendo redactar el convenio regulador y el plan de parentalidad) sin la necesidad de iniciar un procedimiento judicial, pero siempre respetando la legalidad.

Para ello, contamos con un equipo de psicólogos/as y abogados/as especializados en mediación familiar quienes, de manera coordinada y conjunta, llevarán a cabo las sesiones de mediación. Se asegura así que tanto los aspectos emocionales como los legales sean tenidos en cuenta durante todo el proceso.

Es de gran interés para las partes saber que el acuerdo puede ser elevado a escritura pública (frente a notario o juez) y, tras su homologación, tener el mismo valor jurídico que una sentencia. De esta manera, la única diferencia entre optar por el procedimiento judicial o el proceso de mediación, será que en ésta última, las partes son quienes (única y exclusivamente) toman las decisiones sobre su futuro y el de sus hijos e hijas, si los hubiera.

2. Plan de parentalidad

El plan de parentalidad es un documento que aportan los progenitores en un proceso de ruptura. Este documento puede elaborarse en un proceso de mediación, exista o no una relación matrimonial entre las partes. El objetivo del plan de parentalidad o plan de crianza es concretar y regular los diversos aspectos que afectan a los hijos e hijas en común, velando siempre por el interés superior del/de la menor.

En concreto, un plan de parentalidad puede contener:
  • Disposiciones relativas al ejercicio de guarda y custodia.
  • La forma en la que ambos progenitores ejercerán sus responsabilidades parentales (la educación, el cuidado, etc.).
  • Con quién y dónde vivirán los hijos/as.
  • Distribución del tiempo que cada progenitor pasa con sus hijos/as.
  • Relación con la familia (abuelos/as, tíos/as, primos/as, etc.).
  • Decisiones entorno al centro educativo.
  • Cómo se realizará la comunicación con los hijos/as cuando el/la progenitor/a no esté con él/ella.
  • Régimen de estancias en periodos vacacionales y fechas especiales.
  • La forma de toma de decisiones en lo relativo a los hijos/as.

3. Conflicto entre padres, madres y adolescentes

La adolescencia se caracteriza por cambios psicológicos, físicos y cognitivos que hacen que esta etapa sea, en numerosas ocasiones, difícil de gestionar. A menudo surgen conflictos entre los/las progenitores/as y sus hijos e hijas. 

La gestión a tiempo de este tipo de conflictos previene futuros problemas tanto en los/las adolescentes como en la relación familiar.

¿En qué puede ayudar la mediación familiar?

  • Establecimiento de las reglas de la casa.
  • Comunicación asertiva.
  • Aspectos relacionados con la formación académica (asistencia a clases, calificaciones, etc.).
  • Concreción y cumplimiento de los horarios de llegada a casa.
  • Amistades y relaciones.
  • Mejora de los problemas de conducta.

4. Mediación para el cuidado de familiares dependientes

Cuando algún familiar necesita ayuda para realizar las actividades básicas diarias, a menudo surgen conflictos entre sus familiares, al no conseguir ponerse de acuerdo sobre aspectos importantes relativos a su cuidado.

Son comunes los enfados entre hermanos/as, hijos/hijas, etc., derivados de una mala gestión del conflicto.

La mediación familiar permite resolver y concretar aspectos como:

  • El reparto de las responsabilidades de cada miembro de la familia.
  • El reparto del tiempo de cada persona con el familiar dependiente.
  • Gestión de los gastos económicos derivados de su cuidado.
  • Decisiones importantes relativas a su cuidado, como el ingreso o no en algún centro especializado o residencia.

Además, la mediación permite desbloquear la comunicación entre los miembros de la familia, mantiene la autonomía y dignidad del familiar al formar parte de las decisiones relativas a su cuidado, y reduce el estrés.